domingo, 14 de octubre de 2007

El Teatro Romano de Cádiz

El Teatro romano de Cádiz se encuentra en el barrio del Pópulo, entre el Arco de los Blancos y la Catedral Vieja. Se halla bajo construcciones modernas y medievales, lo cual dificulta su excavación. Fue descubierto en 1980 y está considerado el segundo mayor de España con un diámetro cercano a los 120 metros. Es de finales del siglo I a.C. y fue mandado a construir por Balbo. El granderío, o cavea, está dividido en tres sectores. Los dos inferiores, apoyados sobre galerías abovedadas, se encuentran en muy buen estado de conservación. La cavea superior podría estar construída sobre un armazón de vigas de maderas y estaría cubierto con un toldo o velarium apoyado en postes de madera cuyos fosos aparecen en las gradas.

Estrabón contó que "los gaditanos vivían en una ciudad muy pequeña hasta que Balbo el Gaditano les levantó otra que llamaban Nueva. De ambas surgió Didym, cuyo perímetro, aunque no pasa de veinte estadios, es lo suficientemente grande para no sentirse agobiada de espacio".
Así se inició la construcción de la Neápolis y la de un teatro que está considerado como el más antiguo y de mayores dimensiones de Hispania después del de Córdoba. Esto muestra el esplendor que vivió Gades en la antigüedad clásica.

El teatro romano de Gades surgió dentro de los planes urbanísticos de una familia gaditana, los Balbo, en su intención de dotar a la ciudad de importantes edificios públicos, a imitación de su capital, Roma. Los Balbo proyectaron ampliar el antiguo asentamiento fenicio construyendo otro nuevo junto a él. Este núcleo urbanístico es conocido como Neápolis, y de él se conocen, además del teatro, numerosos restos urbanos excavados en los últimos años.

También se tienen noticias de otro importante edificio público, el anfiteatro, en el barrio adyacente al Pópulo, el de Santa María, en las cercanías de las actuales Puertas de Tierra.

El Teatro romano es uno de los pocos edificios antiguos de nuestra Península que cuenta con referencias directas de los autores importantes de la época. Por ejemplo, Cicerón, refiriéndose al mandato político de Balbo en Cádiz, alude a ciertos usos del edificio por este personaje en beneficio propio. En el año 44 a.C. ya se había representado allí una obra, Iter, una autobiografía de Lucio Cornelio Balbo el Menor en la que narraba su intervención en las guerras civiles. Las crónicas posteriores relatan que el propio autor lloró emocionado al contemplar la representación y recordar a Julio César, que había sido asesinado sólo unos meses antes.

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